OpiniónPortadaLa receta para un liderazgo exitoso incluye una fuerte dosis de inteligencia emocional

Reflexiones -en contexto- sobre liderazgo y poder.
Silvina Morellifebrero 7, 20226 min

Hace varias semanas escucho hablar de liderazgo y poder como sinónimos, lo cual me animó a escribir estas breves reflexiones sobre conceptos que a mi criterio son diferentes, dinámicos y dependen del contexto en el cual se los utiliza y ejerce.

Sin entrar en una discusión pretenciosa y profunda diremos que el poder otorga la capacidad de coacción sobre una persona o grupo de personas. Esto puede hacerse desde una posición de fuerza, por efecto del autoritarismo o desde el ejercicio de la autoridad que Max Weber (Economía y Sociedad, 1921) define como el arte de que la gente haga -convencida- lo que un líder desea que haga.

Ahora bien, tener poder y ejercer autoridad, no garantiza liderazgos efectivos. Rafael Echeverría (Ontología del lenguaje, 2018) sostiene que un líder no es quien somete a otro o a otros, sino aquel que es capaz de transformar el espacio social de su comunidad, abriendo nuevos espacios de posibilidad para los otros individuos.

Las expresiones anteriores me invitan a concluir provisoriamente en la idea de que aquellas personas que lideran grupos infundiendo miedo o que se presentan desde una posición de superioridad como los más capacitados o los portadores de un elevado cociente intelectual, rara vez consiguen liderazgos exitosos y perdurables.

En sintonía con el mundo VICA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) postulado por Zigmunt Bauman (2002) en el marco de la modernidad líquida que nos atraviesa hace décadas, creo que cualquier persona puede ejercer un liderazgo efectivo en puestos de decisión organizacional, siempre y cuando desarrolle y fortalezca habilidades blandas. Entre ellas, podemos mencionar la capacidad de trabajo en equipo, la apertura hacia la diversidad de opiniones, la versatilidad ante los cambios, la gestión de y en la incertidumbre, el grado de resiliencia, la comunicación asertiva y la aptitud de escucha activa que facilite las interacciones conversacionales.

Si bien hay estilos personales de liderazgo una de las condiciones más relevantes para la eficacia del mismo es la inteligencia emocional y la buena noticia es que puede trabajarse.

Daniel Goleman (Cómo ser un líder, 2014) describió los componentes básicos de la inteligencia emocional: por un lado, habla de las habilidades de autocontrol y por otro, de las capacidades para manejar las relaciones.

En el primer caso, distinguimos el conocimiento de uno mismo -la capacidad de conocer y reconocer las emociones propias, sus puntos fuertes, sus debilidades, sus necesidades y sus impulsos- y la autogestión que funciona como una conversación interior. Estas habilidades de autocontrol aportan fuerza organizativa, proyección de competencias hacia el equipo, desafíos creativos y apertura al aprendizaje.

Por su parte, en el segundo caso hablamos de la capacidad de empatía -como la consideración de los sentimientos y puntos de vista del equipo de trabajo para la toma de decisiones- y de la habilidad social o simpatía con un propósito -movilizar a la gente para cumplir objetivos-. El líder que puede manejar las relaciones efectivamente suele ser además, un gran mentor que crea relaciones empáticas y respetuosas.

En un todo de acuerdo con el autor de estas descripciones, considero que si bien las habilidades técnicas y profesionales son importantes, la receta de un liderazgo exitoso tiene como base una fuerte dosis de inteligencia emocional.

Hay diferentes estilos de liderazgo y más que ejercer uno u otro será importante construirlo con flexibilidad, en función de las habilidades, preparación y características de los seguidores que nos toque liderar, de las situaciones y los contextos organizacionales en los que nos movamos y sobre todo, teniendo en cuenta los componentes básicos de la inteligencia emocional como indicadores de éxito e innovación.

Silvina Morelli

Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social (UBA) - Docente (UBA y UNDAV) - Autora - Coordina el GIC Comunicación y Oratoria (Sociales/UBA) - Consultora en Coaching Ontológico y PNL - Asesora en Comunicación Estratégica y Política.

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