La transición pacífica del Poder ha caracterizado a los Estados Unidos desde 1797. Año en que John Adams asumió la presidencia tras el mandato del primer presidente norteamericano, George Washington.
La negativa del actual presidente Donald J. Trump de aceptar su derrota, no solo rompe esta larga tradición de décadas, sino que además coloca al país en un terreno desconocido.
“Un camino peligroso”, tal como lo denominó el expresidente , Barack Obama.
Ante la negativa del actual presidente –entre otros dirigentes republicanos– de no reconocer a Joe Biden como vencedor de la contienda electoral, hizo que repercusiones en diferentes partes del mundo no se hagan esperar.
Desde el primer momento, Trump habló de fraude, algo no visto en la historia reciente de ese país. La utilización del fraude como herramienta política, puede tener efectos devastadores no solo para una elección sino para la institucionalidad, la credibilidad y la salud de todo el sistema democrático.
Una comitiva legal en respaldo a Trump han presentado demandas en algunos Estados clave para bloquear el proceso por el que sus autoridades electorales certifican los resultados. Demorando la certificación. Y sembrando incertidumbre.
La certificación de resultados hace que el ganador de las elecciones en ese Estado pueda ser oficialmente confirmado. Aunque este proceso varía por Estado, la certificación usualmente se completa en las siguientes semanas a las elecciones, antes de que la delegación de cada estado en el Colegio Electoral se reúna para emitir sus votos definitivos. Este año será el próximo 14 de diciembre.
El COVID-19 y las elecciones
A diferencia de muchos otros países, Estados Unidos no tiene un órgano electoral central que dirima y certifique los resultados de los comicios nacionales. Como en nuestro país es el órgano de la Junta Electoral.
Cada uno de los 50 estados tiene sus propias normas y se acoge a diferentes plazos. Lo que explica la confusión que se vive estos días, si bien el foco está puesto básicamente en un puñado de estados en disputa.
En 2020 las elecciones en el mundo, y por supuesto en los EEUU, debieron tener en cuenta cómo sortear de la mejor manera el contexto de pandemia, por el COVID-19.
Por lo que, para evitar aglomeraciones de personas en los centros de votación se fomentó el voto por correo. El cual aumentó significativamente en comparación a otras elecciones. Derivando en marcadas demoras en el momento del recuento de los votos. Incluso, algunos Estados claves, no han permitido que se inicie el conteo de estos votos por correo antes del día de las elecciones.
¿Cuándo sabremos quién es el presidente?
Es recién el primer lunes después del segundo miércoles de diciembre en el que los delegados del Colegio Electoral se congregan en cada capital de estado para oficializar su voto. Esta reunión suele tener un carácter puramente ceremonial; aunque este año podría ser la excepción.
La norma es que todos los delegados de cada estado voten al candidato que haya obtenido más sufragios. Aunque también han existido “electores sin fe”, los que no votan por el candidato por el que fueron propuestos. Trump tuvo dos en 2016, ya que ganó la elección con 304 y no 306 que se suponía la noche de la elección.
No se puede descartar que, debido a las denuncias del presidente sobre presunto fraude, las legislaturas estatales en manos republicanas decidan no aceptar como válidos los resultados de las elecciones en su propio Estado.
Así las cosas, el 14 de diciembre puede darse una situación en la que se enfrenten dos grupos de delegados del Colegio Electoral de un mismo distrito.
Hazte fama, y échate a dormir…
Hemos sido testigos del rol de showman que el presidente norteamericano tiene en su país y en el mundo. Con un manejo sorprendente de sus redes sociales. Se viraliza, obtiene clics, e incluso es una “máquina generadora de titulares”. Que a propósito, son ingeniosos y hace que sean ideales para la creatividad periodística. Hasta el momento el presidente republicano emitió centenares de tuits, manifestando una y otra vez su rechazo a los resultados electorales, generando dudas a todo un pueblo que se pregunta si esto es parte de otro show.
Cinco realidades que desnudan el mito del fraude electoral
Ahora bien, ante esta delicada realidad, cabe repasar 5 hechos que ponen en entredicho este supuesto fraude al que defiende entre uñas y dientes el presidente norteamericano:
Autoridades electorales se pronuncian. El pasado 12 de noviembre, una coalición bipartita de autoridades electorales federales y estatales del Departamento de Seguridad Nacional concluyó que estas fueron “las elecciones más seguras de la historia de EE. UU.”. Además, agregaron que “No hay evidencia de que ningún sistema haya borrado, perdido, o cambiado un voto, o que se haya visto comprometido”.
Observadores internacionales ratifican credibilidad de resultados. En su reporte preliminar, la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) declaró que no ha “observado directamente ninguna irregularidad” y pidió a los candidatos evitar “especulaciones perjudiciales”. Por su parte, los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) criticaron al mandatario Trump y señalaron que sus “acusaciones infundadas” sobre deficiencias sistemáticas en los comicios “dañan la confianza” en las instituciones.
Empresas de tecnología electoral se pronuncian. Parte de la acusación de Trump se centra en las empresas de tecnología electoral. Sin embargo, de las empresas que señala su abogado Rudolph Giuliani al explicar el presunto fraude –Dominion, Indra, Scytl, y Smartmatic– solo Dominion provee tecnología para contar votos en ese país. Las compañías involucradas en el entramado han publicado comunicados de prensa y páginas de verificación de datos para quienes deseen obtener más información. En el caso concreto de Smartmatic, su participación en las elecciones de EE. UU. 2020 se limita al condado de Los Ángeles, donde fabricaron máquinas para marcar boletas de papel, pero no realizan conteo de votos.
Abogados de Trump abandonan la pelea. Un indicador clave de lo que puede estar pasando es que dos de los escritorios de abogados que asistían al presidente Trump se retiraron del proceso. Esto, sumado a las decisiones en contra del reclamo, y que todavía no han entregado ninguna prueba del fraude, empinan el camino legal para el Presidente.
Venezuela, la opción nuclear para sumar clics. Visto que la probabilidad de revertir el resultado se muestra imposible, el abogado del presidente Trump ha tratado de involucrar a países como Venezuela en el embrollo. Lo cierto es que Smartmatic ha registrado más de cinco mil millones de votos en elecciones en 25 países, y todas las auditorías realizadas han demostrado la exactitud de los resultados. En sus 16 años en la industria electoral, no ha habido un solo reclamo o protesta electoral que haya procedido y todas las elecciones realizadas con la tecnología de esta compañía han sido validadas por prestigiosas instituciones como el Centro Carter, la OEA, y la Unión Europea. Además, para esta elección no contó votos en ningún estado o condado de Estados Unidos y solo prestó servicios en el Condado de Los Ángeles.
La evidencia que corrobora la integridad de las elecciones es contundente y está a la vista. Las próximas semanas serán clave para saber si el actual mandatario de la Casa Blanca acepta los resultados y continúa la tradición democrática, o si daña profundamente el tejido institucional que tanto tiempo tardó en construirse ¿Qué sucederá en las siguientes dos semanas? Difícil predecirlo. El mundo entero está a la expectativa.
Ezequiel Casartelli
Director Desmiento - Licenciado en Ciencia Política • Máster en Análisis de la Opinión Pública, Encuestas, Medios de Comunicación y Nuevas Tecnologías • Diplomado en Comunicación Política • Especializado en Data Intelligence.