Tras los anuncios del presidente Alberto Fernández para mitigar el aumento de casos de coronavirus, oposición y oficialismo se tiraron munición pesada. El epicentro del conflicto fue la suspensión de clases. Pero con el correr de las horas, hubo pase de facturas, retroactivo. Crónica de una disputa que pone a Larreta como referente opositor y le calza el traje de candidato.
La decisión de cerrar las escuelas sorprendió a propios y extraños. Horas antes de los anuncios, el propio ministro Trotta recorría los medios afirmando que la presencialidad no estaba en discusión. Sin embargo, se optó por la virtualidad y desde el Gobierno de la Ciudad se autoproclamaron abanderados por la educación.
Rápidamente, Horacio Rodríguez Larreta, rechazó las medidas. A las que catalogó como “sorpresivas e inconsultas”. Mientras que anunció que presentará un amparo ante la Corte de Suprema de Justicia para frenar el cierre. El Presidente “rompió una forma de trabajo entre el Gobierno nacional y el de la Ciudad”, disparó.
Con @Soledad_Acunia seguimos trabajando para que el lunes que viene los chicos y las chicas estén en las aulas. Hoy, más que nunca, tenemos la responsabilidad de hacer lo posible para que así sea. pic.twitter.com/4UIKKxcaAC
— Horacio Rodríguez Larreta ✋🏼🧼🤚🏼 (@horaciorlarreta) April 15, 2021
“Para mí es inexplicable. Siempre tuvimos vocación de buscar espacios de acuerdo. Es inentendible que un Presidente no dialogue con un jefe de Gobierno o con los gobernadores. Varios gobernadores expresaron su desacuerdo con las medidas tomadas”, agregó.
Ante esto, la contracara fue el Gobernador bonaerense. “Vimos una oposición furibunda y hoy decidieron entrar en campaña electoral, les pido que la corten”, replicó ayer por la tarde.
Luego, Kicillof leyó una declaración que el vicejefe de Gobierno hizo a los medios en febrero pasado: “Si hay una segunda ola tendremos que parar con la presencialidad por diez o 15 días, como ha hecho el resto del planeta”. “Al final la idea era de Santilli”, ironizó Axel.
Ayudín a la oposición
Sin lugar a dudas, la construcción de un candidato, no viene exclusivamente de la oposición, si no que históricamente, son los oficialismos quienes terminan de decidir con quién polarizar. Y sobre todo, quien se presenta como antagonista ideológico.
En este contexto, un enfrentamiento entre el oficialismo y Larreta, pone al jefe de Gobierno en el lugar de referente opositor. Una acción que le da una visibilidad extraordinaria y lo vuelve a colocar en juego dentro de Juntos por el Cambio.
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Concretamente, el sector de las “palomas” que integran junto a Vidal y otros dirigentes “filoperonistas”, venía perdiendo espacios contra el ala más dura, de Bullrich y Macri. Sin embargo, este enfrentamiento vuelve a poner a Larreta en el centro de la escena.
De hecho, el propio Mauricio Macri tuvo que salir a respaldar a Larreta para no perder totalmente la escena. Luego, un vasto grupo de dirigentes cambiemitas siguieron sus pasos y se manifestaron en tal sentido.
Por lo pronto, el sábado habrá cumbre en la Olivos, aunque desde el entorno presidencial advirtieron que será para “negociar”. La decisión está tomada, y la audiencia se da por pedido del porteño. ¿Qué pasará puertas adentro?
