En público declaraciones fuertes, en privado, desaires y faltazos. Las diferencias en cuanto a políticas de seguridad son notorias. Berni se define de doctrina peronista, con la “realidad efectiva” como lema. Frederic, teórica progresista y crítica de las medidas represivas. Las diferencias entre ambos tuvieron el pasado miércoles un nuevo capítulo.
El día de ayer empezaba la cuarentena estricta en el AMBA y pasadas las siete de la mañana ya había casi diez kilómetros de cola en el Puente La Noria. El Ministro bonaerense llegó muy enojado y estalló frente a las cámaras de televisión que lo pusieron prácticamente en cadena nacional. “Lo del puente es una locura. Los controles son para facilitarle la vida a la gente, no enquilombarsela más” disparó. Más tarde, faltó al Consejo de Seguridad Interior y luego comenzaron a circular las primeras declaraciones, (siempre off the record) del entorno de Frederic.
El primer “chispazo” entre ambos fue el 19 de diciembre del año pasado, apenas a nueve días de haber asumido el gobierno. En aquel momento fue por el uso de las pistolas Taser.
Rápidamente, desde el oficialismo trataron de minimizar la situación y no generar polémica en un gobierno catalogado, desde la oposición, como de “doble comando”. Una gestión que recién comenzaba y debía hacer pie en un país y una provincia cargada de urgencias, sobretodo en el plano económico, pero también con una fuerte crisis en seguridad.
La calma previa a la tormenta
El silencio de ambos en los meses siguientes parecía indicar que las diferencias habían sido subsanadas. Sin embargo, la llegada de la pandemia puso otra vez en evidencia la interna.
A principios de junio en una entrevista con Luis Novaresio, el funcionario bonaerense aseguró que no tenía ningún apoyo de la Ministra en materia de seguridad. Dijo que estaba “resignado luego de seis meses de no respuestas” y no dudó en afirmar que claramente había una voluntad de no asistir a la provincia.
Además, afirmó que desde nación habían enviado a Gendarmería, pero que nunca había coordinado el operativo, por lo que no sabía que hacían ni donde estaban los efectivos.
“La seguridad no es delivery de gendarmes ni de patrulleros. Se requiere una planificación y organización. Se debe coordinar para trabajar en un plan de seguridad” sostuvo.
Desde ese momento hasta la actualidad, cada vez que estuvo frente a las cámaras fue interrogado una y otra vez sobre el mismo tema. Fiel a su estilo, nunca dejo de responder y remarcar que la relación estaba rota. “No he hablado con Frederic”, es la respuesta repetida.
Las primeras repercusiones
Desde la oposición siguen atentamente todo lo que pasa. El propio Guillermo Montenegro, Intendente de Mar del Plata, salió a respaldar a Berni públicamente y desde el ofuscado oficialismo vieron el gesto como “echar nafta al fuego”.
Desde la Rosada como desde la Casa de Gobierno bonaerense han preferido no hacer declaraciones sobre el tema. Sin embargo, luego de la escena de ayer, trascendió que hubo una llamada de Frederic al propio Kicillof, donde le pedía que tomara cartas en el asunto. “Estos es un escándalo” habría dicho la Ministra en referencia a lo ocurrido ayer en el Puente La Noria y al posterior faltazo de su par bonaerense al Consejo de Seguridad.
Desde el entorno directo de la cantera nacional, ven al funcionario provincial como alguien extremadamente personalista, obsesionado con manejar la seguridad federal. A su vez hacen hincapié en que le seducen mucho las encuestas. Dato no menor, teniendo que en cuenta que en algunas mediciones registra una imagen positiva de más del 60%.
En una nueva reunión del Consejo de Seguridad Interior coordinamos una agenda de trabajo conjunta sobre delitos rurales para una asistencia seria ante estos ilícitos que, aún no siendo federales, requieren un abordaje articulado entre nación y provincias. pic.twitter.com/cS1GMKMm3a
— Sabina Frederic (@SabinaFrederic) July 1, 2020
No obstante, desde dicho entorno afirman que; “A Sabina le preocupa la erosión de la figura presidencial. No hay una lectura clara de por qué hace lo que hace Berni, porque cuesta entender estos movimientos”, “Acá tenemos formas de trabajar distintas, no está todo centrado en la figura de la Ministra, hay un equipo atrás, hay un gabinete que se divide las tareas con roles definidos. Es una impronta que tratamos de bajar a las fuerzas para que articulen entre ellas, con esa idea de trabajo, sino es muy difícil generar políticas de seguridad eficientes”.
“La impronta de este ministerio es un equipo y lo de Berni es un unipersonal, siempre” publicó Infobae.
Lo concreto es que desde el oficialismo desconocen cuándo terminarán estos cortocircuitos y lo más importante, cuáles serán los costos políticos que pagará el Frente de Todos por esta interna. Por el momento, todo parece indicar que solo buscan neutralizar la disputa y subsanar el esquema operativo Nación/Provincia.