Por estas horas, el mundo habla de las medias impuestas por el presidente francés Emmanuel Macron, quien preocupado por la escalada de casos y la negación de un sector francés a vacunarse decidió implementar un pasaporte sanitario. Sin embargo, la idea que por muchos medios locales fue abordada como “novedosa”, ya venía funcionando en nuestro país. Concretamente, en el municipio bonaerense de Chacabuco.
Hace aproximadamente un mes, el intendente municipal Victor Aiola (JxC) decidió implementar una especie de premio para aquellos que voluntariamente se aplicaron la vacuna contra el Covid 19. En un sistema muy similar al francés, los habitantes de Chacabuco pueden acceder a distintas actividades con la credencial de vacunación.
Desde un primer momento, La idea buscó que personas que tuvieran las dos dosis de la vacuna contra el coronavirus, o que hubieran contraído la enfermedad y contaran con el alta certificada por SISA, pudieran concurrir a bares, restaurantes y gimnasios. Estimulando así la economía distrital, pero de manera segura.
“El concepto era facilitar la actividad de ciertos rubros que la estaban pasando mal porque el sistema de fases no permitía la concurrencia de público”, afirmó Víctor Aiola a los medios.
En cuanto a cómo resultó la aplicación de la medida, el intendente afirmó: “Dio buenos resultados”. Y agregó: “Vimos gente en los gimnasios, en las confiterías, bares, mayor cantidad, y con seguridad, que es lo que buscábamos. Y no tuvimos aumentos de contagios”.
La situación de Chacabuco
Previamente a la implementación del pasaporte sanitario, la situación del distrito era verdaderamente complicada. Concretamente, desde mediados de mayo quedó en FASE 2. Esta semana recibió la noticia de parte de las autoridades provinciales: retorna a FASE 3 e incluso podrá abrir las escuelas.
“Tenemos que seguir con todos los cuidados, protegiéndonos. En Europa van por la quinta ola, nos falta mucho”, aclaró Aiola.
Grabois fue tendencia por plantarse en La Nación y le sacaron el archivo
Asimismo, el jefe Comunal aclaró que está preocupado porque nota que “la gente ha perdido miedo al covid”. “En una ciudad como Chacabuco, donde los fallecidos tienen rostros, tienen cara, el impacto es importante y genera que la gente se cuide, pero no tanto como al principio”, señaló.
