En este marco, el presidente cuestionó duramente al Foro por promover lo que él considera un «adoctrinamiento globalista». Declaró que Argentina será un bastión de resistencia contra estas ideologías, y defendió su decisión de eliminar la Educación Sexual Integral (ESI) de las escuelas, calificándola como un «instrumento de adoctrinamiento político y cultural».
Esta afirmación se suma a una serie de posturas de su gobierno que han sido objeto de críticas por su enfoque restrictivo hacia los derechos de las comunidades LGBTQ+ y las políticas de educación sexual en el país.
En medio de estas tensiones, organizaciones internacionales y líderes mundiales han expresado preocupación por el enfoque de Milei, advirtiendo sobre las posibles consecuencias sociales y económicas de sus políticas. Mientras tanto, en Argentina, las reacciones están divididas: sus seguidores celebran su firmeza, mientras que críticos lo acusan de alimentar divisiones y de abandonar compromisos en materia de igualdad y derechos humanos.
El Foro de Davos, celebrado anualmente en Suiza, reúne a líderes mundiales, empresarios y académicos para debatir temas clave de la agenda global, como el cambio climático, la economía y los derechos humanos. En este contexto, las palabras de Milei generaron sorpresa entre los asistentes. Su discurso, cargado de acusaciones contra organismos internacionales y políticas de inclusión, lo diferenció notablemente de otros mandatarios presentes.