Los últimos números de Zubán Córdoba reflejan algo más que una caída en la aprobación: revelan un clima de desconfianza generalizada hacia la conducción nacional. Con un 65% de desaprobación, la gestión Milei enfrenta su punto más bajo desde que asumió.
La figura de Karina Milei, hasta ahora pieza clave del armado libertario, no logra consolidarse: su imagen negativa roza el 70%, reflejando un malestar que trasciende la economía y apunta al modo en que se toman las decisiones. En paralelo, el rechazo a Espert, luego de su renuncia y las recientes polémicas, muestra que los movimientos internos del oficialismo no convencen ni dentro ni fuera de su electorado.
En ese contexto, la reaparición de Mauricio Macri tras su encuentro con Milei tampoco logró transmitir esperanza, sólo un 18% lo ve como parte de la solución. Ni siquiera el vínculo con Donald Trump suma entusiasmo, en un país históricamente escéptico ante las alianzas ideológicas importadas.
Con la llegada de Karen Reichardt al frente de La Libertad Avanza en Buenos Aires, se abre una nueva incógnita: ¿Podrá otra outsider de la política neutralizar algo de ese descontento?






