ActualidadOpiniónEL MAPA NO ES EL TERRITORIO

Encuestas, votos, emociones y algo más
Silvina Morelliseptiembre 17, 20216 min

Que el llamado “voto castigo” es una práctica común en los procesos electorales de medio término, no es una novedad. Que la mayoría de los oficialismos, durante la pandemia perdieron sus elecciones, tampoco. Que la poli-crisis generada por la Covid-19 en el mundo, dejó al descubierto problemáticas sociales y económicas estructurales, es algo que leemos y escuchamos, habitualmente. Que los gobiernos y la política sufren una crisis de confianza sin precedentes a escala global, en América Latina y en Argentina, ya lo sabemos. Y por último, que las encuestas no son portadoras de una verdad absoluta respecto de los resultados electorales, como quieren imponer ciertos formadores de opinión, en los días previos a las elecciones, es más que evidente, desde hace años.

En este complejo escenario, dirigentes y militantes oficialistas y/u opositores, aparecen en distintos espacios muy sorprendidos por los resultados de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) celebradas en nuestro país, el domingo 13 de septiembre. Esto resulta extraño y hasta inocente, no sólo por la incertidumbre que atraviesa a la sociedad argentina desde hace más de un año y medio sino además, porque todos sabemos que la demoscopia es orientativa.

Diremos entonces que la demoscopia no es determinante en la definición de los resultados porque parafraseando a Alfred Korzybski, el mapa no es el territorio y en este sentido, las personas responden a su mapa de la realidad y no a la realidad misma -si es que existe algo así-. En consecuencia, las encuestas y otras herramientas de la demoscopia tradicional y moderna son una descripción filtrada que nos ayuda a diseñar e implementar un plan de comunicación política.

Mi sugerencia en este sentido, siempre será: antes de delinear una estrategia electoral y su respectivo plan de comunicación, elaboren un diagnóstico que facilite el trabajo para establecer a quién y cómo vamos a hablarle, sobre qué temas, a través de qué medios, por medio de qué soportes y en qué formatos comunicacionales. Para que esta tarea sea efectiva, es importante tener en cuenta que la foto es una representación de la realidad y como ella es turbulenta y cambiante.

Para cualquier equipo de comunicación, en ese diagnóstico inicial es fundamental indagar la situación en la que se encuentran los electores: cuáles son sus preferencias, cuáles son sus expectativas y cuáles son sus necesidades. Porque muy por el contrario de lo que leo y escucho habitualmente, estoy convencida de que es muy ingenuo pensar que la gente elige a tal o cual candidato por una ideología afín -eso sólo lo hacen los electores politizados o interesados en la política-. Hoy, en Argentina y en el mundo, la gente elige a aquellos candidatos que mejor representan sus marcos de referencia.

Entonces, si no profundizamos la escucha social para generar propuestas políticas empáticas con los electores, no esperemos resultados positivos. A esto sumemos el dato de que tan solo el 15% de los latinoamericanos confía en la política y en los políticos. Lidien con esto. Nadie dice que sea fácil aunque es urgente generar un nuevo contrato social para garantizar la gobernabilidad cerrando las brechas que insisten una y otra vez, en persistir.

De aquí a noviembre, todos los candidatos deberán parar la pelota y levantar la cabeza, para barajar y dar de nuevo. Aquellos que logren identificarse con los marcos de sus electores, tendrán muchas más chances de ser elegidos. Hoy el voto es emocional y la política debería comprenderlo.

 

 

Silvina Morelli

Licenciada en Ciencias de la Comunicación Social (UBA) - Docente (UBA y UNDAV) - Autora - Coordina el GIC Comunicación y Oratoria (Sociales/UBA) - Consultora en Coaching Ontológico y PNL - Asesora en Comunicación Estratégica y Política.

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