A casi 5 meses de su asunción y a 47 días de decretada la cuarentena, el incipiente gobierno de Alberto Fernández ha tenido que abordar uno de los desafíos más grandes de la historia: una pandemia que lleva más de 3,6 millones de infectados y más de 257.000 muertos en todo el mundo.
En el enfoque de gestión predominó la calma y la asertividad. Con la experiencia previa de los continentes europeo y asiático, la Argentina optó por seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y decretar un aislamiento social obligatorio temprano.
Esto le dio un tiempo valioso para la organización interna, la obtención de recursos materiales y humanos, la negociación con hospitales y clínicas, el armado de protocolos, entre otros. La gran diferencia radica en que la economía Argentina no es tan robusta como la de los países más afectados del viejo continente. Por esta razón surgieron voces encontradas, detractores, dudas y cierta incertidumbre. ¿Alcanzará el plan argentino para contrarrestar los efectos de la pandemia?
Imagen positiva
Según los datos que arrojan la encuesta de opinión pública realizada por la consultora Raúl Aragón y Asociados, Alberto Fernández conserva una opinión positiva para el 64% de los encuestados. Más aún, la gestión de la crisis del coronavirus es calificada como Buena (67%) y Muy buena (14,2%), por lo que 8 cada 10 personas concuerdan con las medidas tomadas.

Más aún, el 78% de los encuestados indica que está de acuerdo con la cuarentena, una cifra no menor considerando la prolongación de tiempo y los efectos que tiene en la economía y en las voluntades de los ciudadanos.
Sin embargo, este contrato de confianza puede llegar a disolverse si no se consideran algunos otros factores.
Factores que debilitan a la gestión
En este sentido, la consultora Synopsis comparó la percepción sobre las medidas tomadas por el gobierno desde fines de marzo hasta fines de abril, en donde la valoración positiva bajó 4 puntos porcentuales (de 78,8% a 74,9%) en un período de un mes.
Puede haber varios factores que incidan. Uno de ellos es el cansancio mental y físico que implica la prolongación de la cuarentena y las restricciones, pero también otras medidas coadyuvaron a generar cierta incertidumbre.
Por un lado, hay una percepción de que las medidas económicas para palear la crisis no fueron tan eficientes como las tomadas en el área de salud. Allí, los datos que arroja la encuesta de la consultora Synopsis indican que el 47,6% las ve positivamente, mientras que el 26,6% las considera negativas. En este último grupo, destacan los autónomos e independientes (30% calificaron negativo y 30% regular), los habitantes de la región Centro del país (55% percepción negativa) y los votantes de Macri (50% no concuerdan con las medidas económicas).

Por otro lado, un factor que la opinión pública condenó respecto de las medidas tomadas es la excarcelación de presos en situación de riesgo. El 82% de los encuestados indicaron estar en desacuerdo con dicha medida.
Consultados por quién la promovió, más del 50% identificó a Cristina Fernández de Kirchner como la principal figura, por lo que el evento no “salpicó” la figura presidencial.
Un dato no menor, es que 8 de 10 encuestados considere que se debe llevar adelante el impuesto extraordinario a la riqueza.
De esta manera, la consultora Synopsis destaca que es posible pensar que hay un desacople entre las consecuencias económicas y la responsabilidad política de Alberto Fernández.
Todo parece indicar que la gestión está teniendo espalda para lidiar con los desafíos que se multiplican minuto a minuto, pero que deberá “destensar” la cuerda para no ahogar los favoritismos que pueden ser endebles con el paso del tiempo.
Ezequiel Casartelli
Director Desmiento - Licenciado en Ciencia Política • Máster en Análisis de la Opinión Pública, Encuestas, Medios de Comunicación y Nuevas Tecnologías • Diplomado en Comunicación Política • Especializado en Data Intelligence.






