El Pontífice concluyó la celebración de Pascua dando la misa en la basílica de San Pedro. Allí pidió que todos los países afronten “las grandes necesidades del momento, reduciendo o incluso condonando la deuda que pesa en los presupuestos de aquellos más pobres”.
Asimismo, como ya lo había hecho la ONU, pidió el “alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo” y tuvo un mensaje contundente para los países europeos, que no sólo están sufriendo el alto índice de afectados, si no que están teniendo medidas más conservadoras respecto de los inmigrantes. Recalcó: “Después de la Segunda Guerra Mundial, este amado continente pudo resurgir gracias a un auténtico espíritu de solidaridad que le permitió superar las rivalidades del pasado”. De esta manera, se refirió a la urgencia de que las rivalidades no recobren fuerza: “este no es el tiempo para las divisiones”.
Ezequiel Casartelli
Director Desmiento - Licenciado en Ciencia Política • Máster en Análisis de la Opinión Pública, Encuestas, Medios de Comunicación y Nuevas Tecnologías • Diplomado en Comunicación Política • Especializado en Data Intelligence.