“El remedio no puede ser peor que la enfermedad”, aseguró. Por temor a la recesión, el presidente se niega a decretar la cuarentena a pesar de que los casos en su país crecen en forma dramática.
Lejos de las medidas que están adoptando la mayoría de los países con altos índices de infección por el Covid-19 y de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, Donald Trump prevé reabrir el país para el próximo 12 de abril, fecha en que se festejan las pascuas.
El coronavirus infectó a más de 49 mil personas y dejó más de 600 muertos en EEUU. En una parte del país se tomaron medidas de distanciamiento social y cuarentena, lo que trajo una gran caída de actividad. Esto se vio directamente reflejado en una economía en la que el 70% del PBI proviene del consumo de los hogares.
El impacto económico implicaría un alza en la desocupación que la Casa Blanca calcula hacia adelante en 20 por ciento y la pérdida de 1,4 billones de dólares del PBI.
En una reciente entrevista realizada para la cadena Fox News, Trump rescató los argumentos económicos por sobre los sanitarios: “No se puede venir a decir que hay que cerrar a los Estados Unidos, el país más exitoso del mundo por mucho. Están hablando de una caída de 25 puntos del PIB. Un punto ya sería una gran cosa”.
Por esta razón, no sólo buscará la reapertura del país, sino que, junto al Congreso acordaron un plan de estímulos fiscales de USD 2 billones.
El paquete extendería una asistencia a millones de compañías estadounidenses y extranjeras que han sido golpeadas por la crisis económica. También se realizarían pagos únicos en efectivo a los estadounidenses de manera de activar la economía con dinero.
“Las empresas son empleadoras de miles y miles de personas, y pagan muy bien. Queremos proteger a nuestros trabajadores. (…) Cuanto más rápido volvamos, mejor vamos a estar”, aseguró el mandatario.
Mientras tanto, se escuchan voces opositoras de especialistas y mandatarios. Los Estados más afectados, como Nueva York, California o Washington, decretaron cuarentenas generales, lo que para el presidente es “una reacción exagerada”. El gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, envió un pedido de ayuda urgente a la Casa Blanca para obtener 30 mil respiradores y poder hacer frente a la ola de contagios. Allí se concentra el principal foco con 210 fallecidos, con más de 25.600 casos confirmados, y números que se duplican cada tres días.
Las estrategias y posturas son múltiples, y sólo los análisis posteriores podrán dar cuenta de si efectivamente el remedio es peor que la enfermedad.
Ezequiel Casartelli
Director Desmiento - Licenciado en Ciencia Política • Máster en Análisis de la Opinión Pública, Encuestas, Medios de Comunicación y Nuevas Tecnologías • Diplomado en Comunicación Política • Especializado en Data Intelligence.