La gestión de Juan Ibarguren (PRO) solicitó un adelanto financiero por 15 días hábiles, al no poder cubrir los haberes de los trabajadores municipales.
La razón: una caída drástica en la coparticipación provincial y la baja en la recaudación local. Según datos oficiales, los ingresos por coparticipación pasaron de $415 millones mensuales el año pasado a $189 millones este año. Una merma de $226 millones por mes, que golpea directamente al presupuesto municipal.
“Esto es extraordinario”, dijo Ibarguren, quien también reconoció que ya venían registrando demoras: en junio los salarios se pagaron en cuotas y se postergó el aguinaldo. En julio, algunos trabajadores cobraron hasta $1.300.000 como tope, pero muchos quedaron con saldos pendientes.
En paralelo, el Sindicato de Trabajadores Municipales de Pinamar (STMP) declaró el estado de alerta. Denuncian incumplimientos paritarios, falta de documentación y un aumento no remunerativo del 6% que no fue abonado. Desde el 30 de julio, aplican un quite de colaboración de dos horas por turno.
Mientras tanto, el Ejecutivo lanzó un plan de ajuste: congelamiento de sueldos políticos, recortes de horas extras, contratos, combustibles y pauta oficial. También promete digitalizar la gestión para reducir gastos. Aun así, la falta de liquidez afecta a proveedores y servicios, y ya se habla de posibles paralizaciones si el escenario no mejora.
Y Pinamar no está solo: Villa Gesell y otros municipios también enfrentan situaciones similares.






